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Proteína identificada como nuevo y prometedor tratamiento para la obesidad


Esta semana, Amgen publicó datos que muestran que la inyección de una proteína conocida como factor de diferenciación de crecimiento 15 (GDF15) facilitó la pérdida de peso en ratones y primates obesos.

Crédito: molekuul_be/Shutterstock.com

La obesidad es un problema de salud mundial que aumenta el riesgo de diabetes, enfermedades cardiovasculares, trastornos musculoesqueléticos y algunos tipos de cáncer. El número de personas obesas en todo el mundo se ha triplicado en las últimas cuatro décadas. El año pasado, se estimó que el 39% de la población adulta tenía sobrepeso y el 13% era obesa. Además, había más de 340 millones de niños y adolescentes obesos en 2016.

El aumento significativo de la morbilidad asociada con el aumento del índice de masa corporal y el aumento constante de la prevalencia de la obesidad ha impulsado muchas investigaciones sobre tratamientos para ayudar a las personas obesas a perder peso. Actualmente, la opción más efectiva es la cirugía bariátrica, pero esta puede tener complicaciones graves y efectos secundarios duraderos.

Tras el descubrimiento de que las concentraciones de GDF15, un regulador natural del peso corporal, eran más altas en ratones, ratas y humanos obesos en comparación con controles delgados de la misma edad, esta proteína ha estado en el centro de la búsqueda de un tratamiento eficaz para perder peso. Se ha demostrado que GDF15 retrasa el vaciado gástrico y cambia la preferencia de alimentos a opciones bajas en calorías. El papel de GDF15 en la regulación de la ingesta de energía corporal lo convirtió en un candidato principal para desarrollar un tratamiento no quirúrgico para la obesidad.

Las investigaciones iniciales, sin embargo, fueron decepcionantes ya que la proteína tiene una vida muy corta en el cuerpo y, por lo tanto, cuando se introdujo, no persistió lo suficiente como para tener el efecto deseado.

La proteína ahora se ha fusionado con un fragmento de anticuerpo para que no se elimine del cuerpo tan rápidamente. Cuando se inyectó esta proteína de fusión en monos obesos, comieron un 40 % menos y perdieron el 10 % de su peso corporal en solo 6 semanas. Además, se encontró que tenían perfiles metabólicos mejorados, haciéndolos menos propensos a desarrollar diabetes.

También se observó pérdida de peso cuando se administró la proteína de fusión GDF15 a ratones. Los ratones tratados también eligieron comer alimentos estándar bajos en calorías en lugar de una dieta extra rica en leche condensada, mientras que los ratones no tratados se dieron un festín con la opción alta en calorías.

GDF15 activa una población de células nerviosas llamadas neuronas AP que juegan un papel clave en el eje intestino-cerebro que determina la percepción del hambre y, en consecuencia, la ingesta de alimentos.

Aunque no se observaron efectos secundarios en los estudios con animales, se necesitan ensayos clínicos para confirmar que el tratamiento es eficaz y bien tolerado en humanos.

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