
Un equipo de investigadores ha desarrollado una forma de prevenir la transferencia de genes de resistencia a antibióticos entre bacterias.
Crédito: Kateryna Kon/Shutterstock.com
Una de las formas en que los genes de resistencia a los antibióticos se propagan es a través de la transferencia de genes codificados en plásmidos, los fragmentos de ADN presentes en levaduras y bacterias.
Ahora, Bastien Casu y sus colegas de la Université de Montréal han examinado una biblioteca de pequeñas moléculas químicas en busca de aquellas que se unen a una proteína llamada TraE, que es un componente clave de la maquinaria de transferencia de plásmidos.
Como se informó en Informes científicos, el equipo utilizó cristalografía de rayos X para averiguar el sitio de unión exacto de estas moléculas en TraE. Esto significó que pudieron diseñar moléculas de unión más poderosas que podrían reducir la transferencia de plásmidos que portan genes de resistencia a los antibióticos.
Los investigadores esperan utilizar este enfoque para encontrar más inhibidores de la transferencia de estos genes, lo que en última instancia podría ayudar a preservar la eficacia de los antibióticos.
Desea poder encontrar el ‘punto débil’ en una proteína, apuntarlo y empujarlo para que la proteína no pueda funcionar»,
«Otros plásmidos tienen proteínas similares, algunos tienen proteínas diferentes, pero creo que el valor de nuestro estudio sobre TraE es que al conocer la estructura molecular de estas proteínas podemos idear métodos para inhibir su función».
Bastien Casu, Universidad de Montreal
Casu y su equipo ahora se basan en sus alentadores nuevos hallazgos para convertir las nuevas moléculas en inhibidores efectivos de la transferencia de genes de resistencia a los antibióticos. Esperan que tales moléculas algún día puedan usarse en hospitales y clínicas donde la resistencia a los antibióticos es un problema.
Lo hermoso de este trabajo es que las proteínas con las que trabaja el equipo se parecen mucho a las que usan las bacterias para causar enfermedades.
Entonces, a partir de lo que aprendimos sobre la proteína TraE y sobre cómo encontrar su «punto débil», podemos aplicar este enfoque a otras bacterias que causan enfermedades. Uno de ellos es Helicobacter pylori, que es un patógeno gástrico que causa úlceras y cánceres de estómago. Estamos trabajando en ese específicamente ahora, pero hay muchos otros».
Bastien Casu, Universidad de Montreal