
Investigadores de la Universidad de Texas en Arlington han descubierto que el zinc ataca y bloquea un canal de calcio específico en las células de cáncer de esófago, evitando que proliferen.
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El zinc es esencial para que el cuerpo crezca y funcione correctamente. Por lo general, se obtiene en una dieta balanceada a partir de una variedad de alimentos, que incluyen carnes rojas, aves, espinacas, frijoles, nueces y granos integrales. El zinc es un elemento importante en muchas proteínas, incluidas las enzimas, por lo que la ausencia de zinc puede impedir que las células funcionen. Es particularmente importante para la cicatrización normal de heridas y la respuesta inmunitaria.
La deficiencia de zinc es común entre los pacientes con cáncer de esófago, lo que indica que los buenos niveles de zinc pueden proteger contra la enfermedad. De hecho, estudios anteriores han demostrado que el zinc puede proteger el esófago del cáncer, pero el mecanismo a través del cual esto se logró no estaba claro.
El cáncer de esófago es la sexta causa principal de muerte por cáncer en humanos en todo el mundo, con un estimado de 16 000 personas que fallecieron de cáncer de esófago en los Estados Unidos en 2016. La proporción de pacientes con cáncer de esófago que viven 5 años es menos del 20 por ciento.
Zui Pan, profesora asociada de enfermería en la Universidad de Texas, y su equipo han descubierto que el zinc puede prevenir selectivamente que las células cancerosas del esófago se dividan y crezcan. Curiosamente, el zinc no afecta el crecimiento de células epiteliales esofágicas sanas. Por lo tanto, se espera que este efecto del zinc pueda proporcionar la base para el desarrollo de estrategias más efectivas de prevención y tratamiento del cáncer.
Pan explicó: «Anteriormente no sabíamos por qué las mismas concentraciones fisiológicas de zinc inhiben el crecimiento de las células cancerosas pero no las células normales. Nuestro estudio, por primera vez que sepamos, revela que el zinc impide las señales hiperactivas de calcio en las células cancerosas, lo cual está ausente en las células normales y, por lo tanto, el zinc inhibe selectivamente el crecimiento de las células cancerosas».
El equipo también encontró que parece haber vías de señalización que interconectan el calcio y el zinc. Se planean estudios futuros para evaluar la naturaleza precisa del vínculo entre estos dos elementos y cómo se impactan entre sí. El desarrollo de dicho conocimiento puede ayudar en el desarrollo de mejores opciones de prevención y tratamiento.
Anne Bavier, decana de Innovación en Enfermería y Salud de la Universidad de Texas (UTA), elogió el estudio como evidencia de su compromiso con la investigación de alto impacto «Reafirma la posición de la UTA como un actor importante en la batalla global contra el cáncer… El trabajo de Zui sobre el cáncer de esófago llega directamente al corazón de nuestro objetivo en la Facultad de Enfermería e Innovación en Salud de ayudar a resolver problemas de salud para construir un mundo más saludable».